lunes, 25 de abril de 2016

Ritos funerarios

Los egipcios creían que para acceder al más allá era fundamental preservar el cuerpo tras la muerte.  En un principio,  los restos mortales se enterraban en huecos poco profundos en la intemperie del desierto,  pero con el tiempo se extendió el proceso de momificación en la tumba.   Teniendo además grandes preparativos, ceremonias ,cultos y ritos funerarios muy valorados por los egipcios
Además del cuerpo físico “sak”  y del corazón “ib”, los antiguos egipcios creían que toda persona se componía de cinco partes bien diferenciadas:
  1. El “Ka”: La fuerza vital o alma.
  2. El “ba”:  la personalidad o espíritu.
  3. El “akh”:  La Unión inmortal entre el Ka y el Ba
  4. El “ren”:  el nombre.
  5. El “Shuwt” : La sombra
Estos dos últimos componentes tenían unas propiedades metafísicas destinadas a proteger a cada persona.  Tal división en cinco partes revestía una importancia especial en el momento del fallecimiento,  durante el azaroso viaje hacia el mundo de los muertos.

Los Egipcios tenían la creencia de que el “ka” tras la muerte era libre de residir en la tumba, donde absorbía las propiedades dadoras de vida de las ofrendas.
Para los antiguos egipcios  tan sólo se podía acceder a la vida después de la muerte si se cumplían estos tres requisitos:
  1. La perfecta conservación del cuerpo una vez muerto.
  2. El correcto sustento del Ka
  3. La pronunciación del nombre del fallecido en las oraciones.

La Momificación
Con todo esto surge el proceso de momificación, que era el primer paso para acceder a la vida en el más allá,  destinado a conservar los restos mortales de la persona.
Para ello se procedía eviscerar el cuerpo y a continuación se deshidrataba con natrón, una especie de sodio que absorbía el agua; luego se aplicaban sobre el cuerpo resina y aceites aromáticos antes de envolverlo con vendas de lino.

En la ceremonia de embalsamamiento más elaboradas, el cuerpo del fallecido se sometía a complicadas operaciones,  lo más fácil consistía en abrir la cavidad abdominal, operación que se llevaba a cabo con una piedra bien afilada llamando así a la persona  encargada “el Destripador”.

La protección de los Muertos
El meticuloso trabajo de conservación que realizaban los antiguos egipcios con el cuerpo de los muertos se explica por la gran importancia que concedían al espíritu, al que también había que preparar antes de que pudiera embarcarse en su viaje por el más allá.

El ritual en el que los vivos rodean el cuerpo del muerto con todo tipo de objetos mágicos , como amuletos protectores, surge que en dicho viaje al más allá, el ba tenía que hacer frente a muchos obstáculos.
Algunos amuletos utilizados por los antiguos egipcios son:
  • Ojo de Horus: El Ojo de Horus, o Udyat, se utilizó por primera vez como amuleto mágico cuando Horus lo empleó para devolver la vida a Osiris. Fue considerado un amuleto de los más poderosos: potenciaba la vista, protegía y remediaba las enfermedades oculares, contrarrestaba los efectos del "mal de ojo" y, además, protegía a los difuntos
  • Ank: La Cruz Ank es la cruz egipcia de la vida conocida también como La Llave de la Vida o llave de la fertilidad. Simboliza la vida como tal, y la vida eterna, por lo que en muchas ocasiones se representa como regalo a los faraones de parte de los dioses, deseándoles longevidad.
  • Escarabeo o escarabajo egipcio:  fue un amuleto de vida y poder, con forma de escarabajo pelotero, que representaba al Sol naciente, y era símbolo de la resurrección en la mitología egipcia. En vida proporcionaba protección contra el mal, visible o invisible, dando diariamente fuerza y poder. En la muerte, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y alcanzar la vida eterna
Este amuleto, se colocaba sobre el corazón del muerto,  donde los egipcios ubican la inteligencia y el centro de la personalidad,  de ahí que fuera este órgano el que se pesara en el juicio de Osiris (si pesaba demasiado el dios condenaba el muerto),   precisamente para evitar que el corazón pensara demasiado por las maldades cometidas en vida,  se colocaba entremezclada entre las vendas la imagen del escarabeo  a la altura del corazón.

El difunto era llevado ante Osiris y su corazón pesado en una balanza frente a una pluma que representaba a Maât, la diosa de la verdad y de la justicia.

Los que habían sido buenos accedían a la vida nueva como espíritus transfigurados.

El difunto se salvaba cuando la pluma y el corazón quedaban en equilibrio

Otros amuletos importantes eran figuras de dioses y diosas en miniatura que tenía una finalidad protectora.
Una vez provisto de los amuletos o talismanes y envuelto con el último vendaje exterior se procedía introducir el cuerpo en el sarcófago.

Anubis el Dios de la momificación
Anubis era el dios protector de los cementerios Y se le atribuye la invención del embalsamiento después de que hubiera ayudado a Isis a conservar el cuerpo de Osiris,  que fue el primero que se momificó,  se le representa bajo la figura de una persona inclinada y con la cabeza de un chacal negro,  y entre sus funciones estaba la de alejar a los saqueadores de tumbas.  e
color negro de Osiris simboliza la fértil tierra de Egipto al tiempo que alude el estado momificado del cuerpo.




Sarcófagos y Tumbas
El acondicionamiento del cuerpo para su descanso eterno iba acompañado de una serie de rituales no menos elaborados que los de la propia momificación,  en algunas ocasiones a los sarcófagos se les daba cierta forma humana y se pintaban con los rasgos del fallecido y con los correspondientes textos protectores.
Las tumbas (Pirámides) venían a ser como sarcófagos pero a lo grande.   Las paredes  estaban decoradas de imágenes del más allá y conjuros para proteger al muerto.

Por otro lado dentro de la tumba había todo lo que una persona muerta pudiera necesitar en el más allá:  muebles, prendas de vestir, comida, herramientas, Barcas (para la travesía),  y a veces incluso útiles para el aseo personal.
Había,  además, pertenencias personales que el fallecido de utilizado,  o por las que había sentido una especial predilección en la vida. Esto era así, ya que los antiguos egipcios creían que, tras la muerte, el Ka continuaba cerca del cuerpo del difunto. Creían que el sarcófago o las esculturas eran la morada eterna del difunto, de su espíritu vital.
Esa energía quedaba encadenada eternamente al sepulcro.
Otros Rituales Funerarios:
La apertura de la boca:
Esta crucial ceremonia funeraria tenía por objeto revivir al muerto restituyéndole de forma simbólica los sentidos,  de manera que el cuerpo pudiera volver a la vida para hacer frente al más allá. Tal como se escriben el Libro de los Muertos,  la ceremonia de la apertura de la boca se llevaba a cabo con una serie de instrumentos rituales en la misma momia,  que sostenía entre sus brazos un sacerdote con la máscara de Anubis el guardián de la necrópolis.




Imagen de la Ceremonia de Apertura de la boca

Viaje a la oscuridad
Cuando el Espíritu  abandonaba el cuerpo,  los egipcios creían que “se dirigía por los senderos del mundo de los muertos hasta la sala del juicio, que Osiris presidía”.
Durante este viaje,  el alma recurría a los conjuros para derrotar a seres hostiles como serpientes y demonios.
Después de la muerte,  los antiguos egipcios esperaban poder unirse a Osiris,  el Dios de la resurrección y del mundo de los muertos,  el único a través del cual se podía acceder a la inmortalidad.
Osiris, el señor del mundo de los muertos:
Osiris gobernaba el mundo de los muertos,  aunque también,  como se ha mencionado anteriormente,  hacía las veces de dios de la fertilidad y la agricultura.  Era una de las Divinidades más importantes y se le rendía culto en todo Egipto como protector de los muertos,  guardián de la necrópolis y galante del regreso a la vida.
Tan importante era la unión entre el alma de las personas y Osiris, que las inscripciones funerarias, el nombre del Dios aparece como prefijo del propio fallecido.  Por otro lado a Osiris se le consideraba un Dios justo y se decía que todos aquellos que llevasen una vida impecable se reunirían con él en el más allá.  Pero hasta la conciencia más virtuosa tenía que demostrar su valía,  de modo que cuando se introducía el cuerpo en la tumba,  el ba   tenía  que superar una serie de pruebas antes de alcanzar su objetivo último,   la dicha espiritual en el más allá.
Textos mágicos
En las tumbas se solían reproducir diversos textos con oraciones y conjuros para proteger al alma del muerto de un juicio desfavorable,  así como de la acción de los malos espíritus.  eran especialmente eficaces los hechizos grabados en los amuletos en forma de escarabajo que se colocaban encima del corazón pues se creía que impedían que esté testificase en contra de su dueño.


Los siervos de los muertos

En los primeros tiempos las tumbas de los faraones estaban rodeadas por un foso con los cuerpos de los siervos que tenían que servir a su Señor en su vida en el más allá.  Con el tiempo,  estos se reemplazaron por estatuillas decoradas con jeroglíficos.

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